Tenemos tres gallinas

"Una persona de Felanitx puede trabajar desde casa, no necesita un coworking"   Boom!   Aiii, oír esto a días molesta bastante y a días nos da aún más fuerza para seguir...    Hace más de 6 años, desde que el coworking aún era un proyecto, que oímos esta frase o similar... Pero la verdad es que nos sobran los motivos para continuar confiando en nuestro espacio de coworking. Porque un "felanitxer o felanitxera" que quiere y puede trabajar desde su casa (tiene espacio, no tiene personas a su cargo, se organiza muy bien con las tareas de casa, etc.) puede que no necesite un coworking.    ¿Pero sabes para quién es un coworking?    Para un "felanitxer o felanitxera" o persona de cualquier otro pueblo del mundo que quiere "salir de casa". Para una persona que quiere separar casa y trabajo (vida personal y laboral).  Para una persona que quiere socializar, conocer otros profesionales, compartir conocimientos y experiencias, hacer "networking" que dicho así siempre queda mejor.  Para una persona que viene a Mallorca a conocer la isla, pero tiene que continuar trabajando.  Para una persona mallorquina que vive fuera y viene a visitar su familia, pero trabaja "online".  Para ti, para también. 

Hola, soy Xisca, yo estoy detrás de la pantalla intentando acercaros al coworking, tanto por aquí como por redes sociales. Y, sobre todo, y más importante, estoy dentro del coworking siempre que me necesitéis.  Hace más de 6 años que Miquel y yo empezamos esta aventuta del "Coworking Felanitx - Sa Multidisciplinar" y aunque nos quite muchas horas de sueño, también nos da muchas alegrías y satisfacciones.  Para que me conozcáis un poquito más os diré que soy mamá de dos niños (hasta hace 4 años no sabía lo que era la intensidad), soy pareja (de Miquel), soy hija, soy hermana, soy "madrina", intento ser amiga y muchas cosas más.  Soy muy autoexigente e impaciente, demasiado, pero lo estoy trabajando.  Soy sensible, cariñosa, agradecida y  me gusta cuidar (y que me cuiden, que es mucho más difícil).  El coworking me da el equilibrio perfecto entre mi vida personal y profesional.  Y, por hoy, no me alargaré más. Gracias por dar sentido a "todo esto". Por cierto, la foto me la hizo mi hijo mayor en una de esas tardes de domingo que preparamos el coworking para la semana. Y, evidentemente, no me puede gustar más.